Facebook: facebook.com/elsotanorock
e-mail: radio@elsotanorock.com.ar

martes, noviembre 30, 2010

Rammstein Estadio Racing ( Argentina ) 27-11-2010


Avellaneda vivía un día atípico. Este sábado 27 de noviembre, no era una marea de camisetas rojas ni celestes y blancas las que poblaban una de las arterias principales a la espera de entrar en uno de los estadios de la ciudad. Una interminable fila de remeras negras venidas de varios rincones del país hicieron ese día latir el corazón del Sur de Buenos Aires al ritmo granítico de Rammstein.


Larga fue entonces la espera pero mucho mayor aún la recompensa cuando, ya en horas de la noche, el telón negro que cubría totalmente el escenario cayó sincronizadamente al sonido de Ramm!!, para dejar paso a una gigantesca bandera alemana, que se mantuvo unos segundos allí, imponente, como para recordarnos a todos lo que habíamos ido a ver y lo que se venía, hasta que el Stein!! que completa el nombre de la banda y que también constituye el estribillo del primer tema interpretado por los berlineses le permitió a la multitud congregada ver finalmente a los seis músicos, dispuestos en prolija formación, ya en plena faena.


No fue casual la elección del tema Rammlied para la apertura del show, tratándose del tema que abre Liebe Ist Fur Alle Da, disco que la banda vino a presentar a nuestro país y que fue tocado casi en su totalidad a lo largo del show. Luego del shock inicial, le siguió casi inmediatamente otro tema de la última placa, después otro más que fue abruptamente interrumpido cuando un asistente le pidió a la banda que interrumpiera su ejecución. La incertidumbre se apoderó de los miles de almas que poblaban el estadio por aproximadamente 10 minutos, donde apenas se pudo escuchar de boca del mismo asistente que había una persona desmayada, presumiblemente entre las primeras filas de un campo que se encontraba poblado hasta el último centímetro cuadrado. Cuando para alivio del público la banda retomó su lugar, se transformó ya en un tren imparable de fuego y distorsión que lucía ajustadísimo no sólo en la ejecución de los músicos entre sí, sino también en la sincronización de los efectos de fuego y pirotecnia con la música, a punto tal que las llamaradas podrían ser ya el séptimo integrante de Rammstein. Llamó la atención, entonces, la ausencia de una pantalla gigante, tan frecuentes en los últimos tiempos, que acompañase semejante despliegue escénico y que permitiera a los plateístas divisar con más claridad lo que sucedía en el, para ellos, lejano escenario.


Uno tras otro, entonces, se fueron alternando viejos y no tan viejos clásicos de la banda (desde Du Riescht So Gut, del primer disco a Benzin del penúltimo, pasando por el infaltable Du Hast), con las canciones de su último trabajo (entre las que se destacó la emotiva Fruhling In Paris). Cada uno de los temas presentando un recurso escenístico o pirotécnico particular en perfecta sincronía con lo que sonaba, resultando de esa manera, más que un adorno, un complemento a la interpretación de cada uno de los temas. Pasaron así llamaradas, lluvia de chispas, la genial olla caníbal de Mein Teil, fuegos de artificio que volaron sobre la cabeza de la gente, lluvia de papelitos y los sorprendentes penes lanza chispas de Pussy. Todo esto con el gran Till Lindemann, frontman de la banda, como incólumne maestro de ceremonias, esbozando cada tanto un serio "gracias" ante la respuesta de la multitud, contando con la complicidad del tecladista Christian "Flake" Lorenz, como una especie de bufón y contraparte del cantante.
Pasó poco más de una hora de show hasta el consabido amague de despedida, para en poco tiempo después regresar con un largo set de bises, cerrando en un final a toda orquesta con Te Quiero Puta!, todo un guiño para el coreo y el deleite del público en su gira latinoamericana. Terminó, como todas las cosas buenas, dejando a la gente con ganas de más, quizás también por algún que otro clásico de la discografía del grupo faltante en la lista de temas. De todas maneras, la multitud que lentamente abandonaba la cancha de Racing para emprender el regreso seguramente guardará por largo tiempo en sus oídos y sus pupilas el estruendo y las imágenes dejados por la que, ojalá, no sea la última visita de Rammstein a la Argentina.

Crónica: Loco Parodi
Fotos: La Web

2 comentarios: