Rockumental - Lemmy - 49% motherfucker, 51% son of a bitch
Habitualmente, cuando uno piensa en un rockumental, es decir, en un documental que gira en torno a una banda o una estrella
de rock, lo primero que puede venírsele a la mente son fastuosas mansiones,
lujosos autos y pulposas señoritas dispuestas a todo por sus ídolos. Uno supone
que estas cuestiones hacen a la esencia de lo que, se supone, debe ser la
vida de una legendaria estrella de rock. Bien, enLemmy - 51% motherfucker, 49% son of a bitch (título original del documental
en cuestión, literalmente traducible a algo así como Lemmy, 51% culiado, 49% hijo de puta) no
vamos a encontrar nada de esto. Lo que vamos a encontrar es la humildad y la
sencillez (pese a sus incontables excentricidades) de un hombre que ya alcanzó
status de leyenda y que a pesar de estar alejado del glamour de la gran vida
del rock ´n roll, cuesta imaginarse a alguien que represente de manera más fiel
lo que el rock representa.
El mítico frontman de Motörhead sigue
viviendo hace más de 20 años en el mismo departamento atestado de memorabilia
nazi ("no soy nazi, si los israelitas tuvieran mejores uniformes
coleccionaría los de ellos" se lo oye decir) y recuerdos de su larga
trayectoria en el mundo de la música, sigue saliendo religiosamente de gira, y
sigue grabando nuevos discos cada vez que puede, recolectando a su paso las
loas de todos aquellos que vinieron después de él, que hoy son estrellas, pero
que aprendieron a serlo imitando la bizarra pose escénica del señor Lemmy Kilmister frente al espejo.
De todas maneras, y aunque la
productora de la película tenga como nombre uno de los temas insignia de
Motörhead, se alejan de la visión obnubilada del fan y logran retratar en la película
las pequeñas miserias que hacen que Lemmy sea ni más
ni menos que un ser humano. Grosso, sí, pero ser humano al fin.
Lemmy, la película, dura poco menos de 2 horas donde podremos encontrar
además de lo ya expuesto, grabaciones y actuaciones con invitados ilustres como
Dave Grohl y los Metallica, hilarantes anécdotas, y la revalidación del título
que orgullosamente ostenta Motörhead (con certificación Guinness y todo) de ser
la banda que suena más fuerte en el motherfucking planeta. Una opción ideal para tardes lluviosas
o de resaca, o las dos cosas juntas, como para que puedas ver cómo se la sigue
bancando un tipo de más de 60 años que sale a romper culos desde el escenario
casi todas las noches, mientras vos estás ahí, tirado en un sillón, quejándote.
Ah, y si podés resistir la tentación de escuchar mínimo un par de temas de Motörhead por día después de haber visto el documental, avisame cómo hiciste, yo la verdad que no puedo.
Luis Parodi
0 comentarios: