O'Connor - Sábado 11 de abril - Refugio Guernica - Córdoba
Se Extraña Araña
Largo tiempo había pasado de la última vez que la banda más personal de Claudio O'Connor se subiera a un escenario cordobés. Quizás esa espera pareció aún más amplia debido al, por lo menos aparente, afecto mutuo que existe entre el cantante y el público cordobés. Así fue como el pasado sábado y luego del impasse que significó resucitar a Malón, público y cantor volvieron a verse las caras.
Al llegar al recinto del Abasto ya sonaba desde el escenario la potente propuesta de Seven Sins, la última de las bandas locales encargadas de ir prendiendo el fuego de la noche. Haciendo gala de un sonido no solamente granítico, sino también sorprendentemente claro (para lo que lamentablemente suele suceder muchas veces con las bandas soporte) y de la áspera voz de su cantante, se configuraron como una banda a anotar para seguir en el panorama del heavy cordobés.
Sin que medie demasiado tiempo de espera, La Bestia tomó el escenario. La primera diferencia con anteriores presentaciones es visual: el desaforado estilo escénico y de vestuario de Claudio está rebajado un cambio. La otra diferencia también se ve, pero mucho más se escucha: ya no son uno, sino dos los guitarristas que acompañan el núcleo de la banda que componen el propio O'Connor en las voces, el fundamental Hernán García en bajo (el único otro miembro que está desde el comienzo del grupo y que lleva la batuta en lo musical) y Pablo Naydón en la batería, apuntalando desde atrás no sólo la base, sino también la sección vocal con sus coros.
El show, que se había postergado un día, llegaba con una premonición: O'Connor venía de dar un show maratónico de cerca de 30 canciones, repasando fielmente la discografía de la banda. Sin muchos prolegómenos ni contactos verbales fuera de las canciones, la premisa se fue cumpliendo. Canción a canción, golpe a golpe, se fueron sucediendo las razones por las cuales a muchos todavía nos asombra que la repercusión y la popularidad de esta banda no sea aun mayor. Y eso que, como ya dijimos existe una predilección por el público metalero cordobés que colmó una vez más el Refugio (que, insólitamente, presentaba sus escasos ventiladores apagados, en una nueva noche de verano tardío en la ciudad).
No tardó en aparecer en la lista el adelanto que hasta ahora se conoce de lo nuevo que se viene de O'Connor. Castigo y Perdón es el nombre del adelanto, y suena como ya estamos acostumbrados de Claudio y compañía, sumando unos aires panterescos en los riffs. Y donde también comienzan a aparecer las posibilidades que puede darle a la banda la incorporación de otra guitarra, cuestión que ya pudimos apreciar en vivo en la fuerza y solidez extra de la que dotaron a los clásicos de la banda; sobre todo en los solos (para los cuales los guitarristas se turnaban, como tratando de mantener un balance).
A esta altura de la carrera y el desarrollo de la banda, pueden darse el gusto de tocar un show de tal extensión sin tener que recurrir a los covers (usualmente clásicos de Hermética) con los que complementaban sus primeros shows. Decimos esto, porque la arrolladora interpretación de Ana No Duerme del Flaco Spinetta es eso, una versión particular que lleva a la canción un poco más allá. No faltaron tampoco esas canciones que elevan el nivel de coreo por parte de la muchachada en un par de decibeles más, y que están parejamente desparramadas por todos los discos: Vida Perra, Caníbal, Rock del Suicida, Sangre Para el Rey, Jungla, Atrapado en la Red, No te Aflijas, y tantas otras más (de las cuales posiblemente cada espectador del recital podría dar una lista distinta).
Obviamente, para el final quedó esa joya del primer disco (y a esta altura, del metal nacional) que es Se Extraña Araña, última ofrenda compartida por banda y público. Después de tanto metal, costará sacarse el zumbido de los oídos. Las canciones, dando vueltas por la cabeza, se quedarán varios días más.
Crónica: Luis Parodi
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