Deep Purple - Orfeo Superdomo - Córdoba - 18/10/2011
Viejo es el viento, y sigue soplando...
Casi de más está decir que las dudas quedaron inmediatamente
despejadas luego de los primeros acordes de Highway Star, el legendario tema
que los crecidos muchachos eligieron para abrir su show en el Orfeo, y Gillan
apareció desde la austera escenografía (apenas un telón de fondo con una imagen
del Partenón y el logo de la banda) para comenzar a hacer vibrar al público
presente durante alrededor de 1 hora y media de repaso por los clásicos que
hicieron a Purple un gigante de todos los tiempos en materia de Rock and Roll.
De todas maneras, cabe aclarar que el volumen de los instrumentos por momentos
parecía estar demasiado al frente con respecto a la voz del experimentado
frontman, quizás en un intento por cuidar sus cualidades vocales (recordemos
que es una larga gira y que pese que se la banca, tampoco debe estar para
deshilacharse la garganta en cada noche), o también por tapar cualquier bache o
imperfección que pudiera surgir de su interpretación
De todas maneras, la primera sorpresa al ingresar al Orfeo
fue encontrar la pista totalmente cubierta por butacas, seguramente orientado a
que el público de la banda sería de una franja de edad similar a los que
estaban arriba del escenario. Y si bien en cierta parte fue así, la verdad es
que los imperecederos clásicos de Purple posibilitaron la concurrencia desde
señores de 60 para arriba con sueter al hombro, hasta chicos de 11/12 años,
seguramente haciendo sus primeras armas en esto de ver una banda de nivel
internacional en vivo. Entre estos extremos, gente de una gran diversidad de
edades se llegó hasta el recinto, llamando bastante la atención que las
ubicaciones que estuvieron colmadas fueron las de las habituales plateas con
las que cuenta el estadio, mientras que las butacas ubicadas en el campo
estuvieron en un poco más de 2 tercios de su capacidad.
La mayoría de la gente disfrutó, sentada o parada en el
lugar, hasta el momento del universal Smoke On The Water, que generó la
explosión de la gente que se levantó y corrió para hacerse partícipe en el
lugar disponible frente al escenario, situación que siguió de la misma manera
tras el poco creíble amague de final de recital y la avalancha de clásicos que
sobrevinieron después, terminando a toda máquina con Black Night, tema que
pareció a pedir de boca del público argentino, tan adepto a corear los riffs de
guitarra como si fuesen himnos. Obviamente, no iban a dejar pasar la
oportunidad de hacerlo con uno de los verdaderos himnos de esta leyenda, que
una vez más, escribió un nuevo renglón de su historia en Córdoba.
Crónica: Loco Parodi
Fotos: La web
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