Dancing Mood - Captain Blue XL - Córdoba - 29/10/2011
DE HUMOR PARA BAILAR
El sábado pasado recordé por un minuto las épocas (bastante
lejanas ya) en las cuales comenzaba este camino de ver bandas en vivo, y si por
esas casualidades mi abuela estaba en casa en ese momento, inevitablemente me
preguntaba si me iba “a ver una orquesta”.
Esta noche, le hubiera dicho: “Sí”
Lo primero que me impactó tras pasar el férreo cordón de
cacheo policial en el ingreso al galpón del XL, fue la cantidad de gente.
Sinceramente, nunca había visto ese local (que pese a sus deficiencias de
sonido, y viendo que la Vieja Usina posiblemente pase a convertirse en un nuevo
paseo-shopping, es de lo más grande que puede aspirar una banda que toque en
Córdoba, dejando de lado al Orfeo) con una cantidad semejante de gente, que
luego de mi ingreso siguió incrementándose hasta, según se dice, agotar la
cantidad de entradas dispuestas para la ocasión. La sorpresa fue más grata aún,
porque lo que esa marea de gente venía a presenciar era a una banda
fundamentalmente instrumental, que venía a presentar su flamante disco triple.
Si existe una combinación más anticomercial en términos de mercado, me avisan.
Por suerte (o por calidad, o por algún otro factor), la gente respondió con
creces a la arriesgada apuesta de Hugo Lobo y los suyos.
Justamente, nombrando al trompetista y líder de la
agrupación, se pudo ver a un frontman totalmente agradecido y muy locuaz con el
público (lo que me llevó a generar la hipótesis de que el hecho de no cantar le
permite tener la garganta intacta para sus intercambios con el público). Frontman
que llevó adelante a una numerosa, talentosa y ajustada big band, que por
espacio de más de 2 horas paseó al público presente por muchas (o casi todas, o
todas) las variantes de un género cincuentenario como el ska puede ofrecer.
Para cumplir con esto, a la trompeta de Lobo se sumaron una flauta traversa,
una armónica, dos saxos y tres trombones (entre los cuales estaba el del
ilustre invitado especial Fernando Alvareda, cuyo nombre nos suena de tanto
nombrarlo Vicentico antes de los solos de trombón de tanto hit Cadillac),
conformando una primera línea de vientos. En la parte trasera de la disposición
escénica, pero obviamente no menos importantes, la banda se completó con dos
tecladistas, batería, bajo, guitarra y percusión.
Para ponerle un moño de lujo a este terrible combo sonoro,
se llegó hasta Córdoba la espectacular Deborah Dixon, que con su vozarrón le
puso alma a las canciones cantadas que Dancing Mood eligió mostrar en la noche
del sábado, distribuyendo dosis de fuerza y dulzura, en cantidades y momentos
exactos.
No habrá en esta crónica listas ni nombres de temas (se me
hace muy difícil retener nombres de temas instrumentales, lo que me lleva a la
pregunta de ¿cómo se hace para ponerle nombre a un tema sin letra? Pero eso es
terreno para otra discusión). Lo que sí
puedo relatar es la entrega de la banda, advertida desde el mismo inicio del
recital por su líder (“miren que vamos a tocar mucho, después van a querer que
nos vayamos” o algo por el estilo),
entrega que a su vez fue replicada desde el público, que se bancó
estoicamente la hora de espera entre la primera y la segunda parte del recital,
espera que se prolongó por problemas de electricidad en el sonido, sin que un
alma abandonase el recinto. Hecho este, que propició que Hugo se prodigara aún
más en sinceros agradecimientos al público que se quedó hasta el final.
Final que, con la sucesión de hits que la big band argentina
entregó, convirtió a la larga pista del Captain Blue XL en una inmensa pista de
baile cuasi coreografiado, de miles de personas hipnotizadas por el ritmo y el color del ska.
Crónica: Loco Parodi
Fotos: Matías Vercelli
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