El Loco Deporteado - 1ra entrega
El partido más loco de tu vida. ¿Clásico? No, ¿qué clásico?
Bueno, abrimos la primera de estas entregas que tratarán de ser regulares (en la medida en que exista algo interesante sobre lo cuál escribir), en las que hablaremos sobre cuestiones ligadas al deporte, así, en general.
Siendo el fútbol el deporte que mueve más pasiones y sobre todo $$$, me resultó bastante lógico dedicarle al deporte rey esta columna.
Pero ojo, como en todo lo que hace el Sótano, vamos a tratar de escaparle a lo que hablan todos los medios que saturan pantallas y parlantes. Por eso el título. Sí, se jugó un clásico, salió 2 a 2, a otra cosa.
Ahora, si lo que ustedes quieren ver es un partido raro, pero raro en serio, consíganse un video completo (si es que tienen tiempo para verlo) del partido que ayer jugaron Reading y Arsenal por la cuarta ronda de la Copa de la Liga Inglesa. Está bien, seguro me dirán (o pensarán) que es un partido que no le interesa a nadie, pero si a eso le agrego que el partido terminó 7 a 5, seguro puedo captar un poco más de tu interés. Si a eso le sumamos que el equipo que terminó perdiendo, a la media hora del primer tiempo ganaba 4 a 0, seguro esa atención se incrementa aún más.
Parecía un trámite de entrada para los gunners, el equipo que hace unos 15 años (meses más, meses menos) capitanea el Profe Arsene Wenger, enfrentando con mayoría de suplentes al modesto Reading de la First Division (recuerden que en Inglaterra, como para no decir que un equipo es de segunda, a lo que sería la B la llaman "First Division" y la primera es la Premier, o sea la elite). Pero el Arsenal es el Arsenal y no puede resistirse a su idiosincrasia: en ataque grandes combinaciones de pase, mucha posesión de pelota, muchas oportunidades de gol por partido. Pero así como la fuerza en Star Wars, ese estilo parece tener también un lado oscuro: arqueros que no dan garantías y centrales que no están a la altura de un equipo con pretensiones de campeonato.
Así las cosas, y merced a sendos errores del impresentable Laurent Koscielny (encima lo convocan a la selección a este muchacho, yo no entiendo más nada) y algunas fallas del joven arquero argentino Damián Martinez, el Reading ya ganaba 4-0 a los 37 del primer tiempo. Sí, del primero, y a un grande de primera. Todo hacía presagiar una victoria histórica en el Madjeski Stadium. Hasta algunos hinchas del Arsenal (plateístas, obvio) empezaron la retirada ante este panorama.
Ahí fue cuando esa vieja frase que reza "en el fútbol y en la vida, todo puede pasar" decidió hacerse presente y mostrar su vigencia. Walcott puso el descuento al final del primero, y los equipos rumbearon para los vestuarios, donde los pupilos del gran Arsene deben haber recibido la cagada a pedos de sus vidas. Y surtió efecto parece, porque de a poquito empezaron a descontar la ventaja. Hasta el propio Koscielny parece que se equivocó y metió un gol a favor de su equipo. Llega el minuto 95 y Jenkinson empuja al fondo de las piolas el remate de Walcott que habían sacado en la línea. 4 a 4. Locura general, euforia. Tanta, que los franceses Giroud y Coquelin decidieron regalarles sus camisetas al público, a lo mejor como compensación por la montaña rusa de sensaciones que les hicieron sentir. Lo que los franchutes no tuvieron en cuenta era que esta copa se juega a partido único, y correspondía 30 minutos de alargue. Totalmente avergonzados, tuvieron que pedir sus camisetas de nuevo, y disponerse a seguir en el campo.
Como dice otro viejo dicho, "caballo que alcanza, ganar quiere", y el Arsenal se puso en ventaja 5 a 4. Hasta ahí un partido de características épicas pero el Reading tenía otras intenciones: aprovechó otra vez que Koscielny (sí, de nuevo él) decidió jugar al viejito congelado en un nuevo centro al área, y 5 a 5, en el minuto 25 del alargue. Los penales parecían cosa juzgada.
Error de nuevo. Walcott y el olvidado delantero de origen marroquí Chamakh sumaron uno más cada uno a su cuenta (el de Chamakh con un hermoso globo por sobre el arquero) y sellar así el resultado de un partido histórico, una locura de 120 minutos de fútbol. Ahora sí, a tirarle la remera, las medias y hasta los solzillonca a la hinchada. Delirio total.
Y vos estarás pensando: qué gilazo el frío ese que se fue antes del entretiempo, dejando tirado a su equipo. Bueno, parece que nos enganó a todos. Acá está la prueba de que recapacitó y pudo disfrutar de uno de los partidos más desequilibrados de los que se tenga memoria.
Abrazo de gol anulado por offside para todos,
nos leemos
El Loco
Bueno, abrimos la primera de estas entregas que tratarán de ser regulares (en la medida en que exista algo interesante sobre lo cuál escribir), en las que hablaremos sobre cuestiones ligadas al deporte, así, en general.
Siendo el fútbol el deporte que mueve más pasiones y sobre todo $$$, me resultó bastante lógico dedicarle al deporte rey esta columna.
Pero ojo, como en todo lo que hace el Sótano, vamos a tratar de escaparle a lo que hablan todos los medios que saturan pantallas y parlantes. Por eso el título. Sí, se jugó un clásico, salió 2 a 2, a otra cosa.
Ahora, si lo que ustedes quieren ver es un partido raro, pero raro en serio, consíganse un video completo (si es que tienen tiempo para verlo) del partido que ayer jugaron Reading y Arsenal por la cuarta ronda de la Copa de la Liga Inglesa. Está bien, seguro me dirán (o pensarán) que es un partido que no le interesa a nadie, pero si a eso le agrego que el partido terminó 7 a 5, seguro puedo captar un poco más de tu interés. Si a eso le sumamos que el equipo que terminó perdiendo, a la media hora del primer tiempo ganaba 4 a 0, seguro esa atención se incrementa aún más.
Parecía un trámite de entrada para los gunners, el equipo que hace unos 15 años (meses más, meses menos) capitanea el Profe Arsene Wenger, enfrentando con mayoría de suplentes al modesto Reading de la First Division (recuerden que en Inglaterra, como para no decir que un equipo es de segunda, a lo que sería la B la llaman "First Division" y la primera es la Premier, o sea la elite). Pero el Arsenal es el Arsenal y no puede resistirse a su idiosincrasia: en ataque grandes combinaciones de pase, mucha posesión de pelota, muchas oportunidades de gol por partido. Pero así como la fuerza en Star Wars, ese estilo parece tener también un lado oscuro: arqueros que no dan garantías y centrales que no están a la altura de un equipo con pretensiones de campeonato.
Así las cosas, y merced a sendos errores del impresentable Laurent Koscielny (encima lo convocan a la selección a este muchacho, yo no entiendo más nada) y algunas fallas del joven arquero argentino Damián Martinez, el Reading ya ganaba 4-0 a los 37 del primer tiempo. Sí, del primero, y a un grande de primera. Todo hacía presagiar una victoria histórica en el Madjeski Stadium. Hasta algunos hinchas del Arsenal (plateístas, obvio) empezaron la retirada ante este panorama.
Ahí fue cuando esa vieja frase que reza "en el fútbol y en la vida, todo puede pasar" decidió hacerse presente y mostrar su vigencia. Walcott puso el descuento al final del primero, y los equipos rumbearon para los vestuarios, donde los pupilos del gran Arsene deben haber recibido la cagada a pedos de sus vidas. Y surtió efecto parece, porque de a poquito empezaron a descontar la ventaja. Hasta el propio Koscielny parece que se equivocó y metió un gol a favor de su equipo. Llega el minuto 95 y Jenkinson empuja al fondo de las piolas el remate de Walcott que habían sacado en la línea. 4 a 4. Locura general, euforia. Tanta, que los franceses Giroud y Coquelin decidieron regalarles sus camisetas al público, a lo mejor como compensación por la montaña rusa de sensaciones que les hicieron sentir. Lo que los franchutes no tuvieron en cuenta era que esta copa se juega a partido único, y correspondía 30 minutos de alargue. Totalmente avergonzados, tuvieron que pedir sus camisetas de nuevo, y disponerse a seguir en el campo.
Como dice otro viejo dicho, "caballo que alcanza, ganar quiere", y el Arsenal se puso en ventaja 5 a 4. Hasta ahí un partido de características épicas pero el Reading tenía otras intenciones: aprovechó otra vez que Koscielny (sí, de nuevo él) decidió jugar al viejito congelado en un nuevo centro al área, y 5 a 5, en el minuto 25 del alargue. Los penales parecían cosa juzgada.
Error de nuevo. Walcott y el olvidado delantero de origen marroquí Chamakh sumaron uno más cada uno a su cuenta (el de Chamakh con un hermoso globo por sobre el arquero) y sellar así el resultado de un partido histórico, una locura de 120 minutos de fútbol. Ahora sí, a tirarle la remera, las medias y hasta los solzillonca a la hinchada. Delirio total.
Y vos estarás pensando: qué gilazo el frío ese que se fue antes del entretiempo, dejando tirado a su equipo. Bueno, parece que nos enganó a todos. Acá está la prueba de que recapacitó y pudo disfrutar de uno de los partidos más desequilibrados de los que se tenga memoria.
Abrazo de gol anulado por offside para todos,
nos leemos
El Loco
Ojalá jugaran así acá en Argentina... pero acá están faltando huevos desde que se retiró Maradona!
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