El frío y la piel

Flor Lopez

El movimiento de los mundos 

Hoy mi perra se enamoró por primera vez,
no es que quiera personificar animales ni que tenga una dulzura de esas fanáticas a los bichos ni a las cosas. Sé diferenciar perfectamente el latido de ellos y los de un ser humano;
y siempre -al final- me quedo con los últimos más allá de sus mentes.

Los perros que son puro salvajismo y corazón y por las calles forman un bloque de lo que no somos.

Le miraba la cara triste atrás del vidrio de mi edificio,
la perra que sabía que no podía ir allá a jugar con ese negro grandote.
A veces la miro y pienso a qué tipo de vida la estaré condenado,
y eso me atormenta.
La miro con ternura,
mientras duerme abajo mio
en su colcha verde y se acurruca.
La miro y la acaricio,
aunque sé que siempre estará del otro lado.

Una perra que es feliz cuando le apretás el hocico con las dos manos
y te mueve la cola,
y se acuesta con vos
a mirar cómo pasa
el tiempo
que tampoco es de ella.

(Foto: Flor Lopez)

Luciana Bedini

Día de navegación,
formo rectángulos que van
desde
la cocinita
a la mesa,
pasando por
la cama prestada.

Oigo como se duchan
los niños
del departamento de arriba,
soniditos del roce
de la piel con el azulejo
mientras hago dormir
a Ulises, la mascara azul
se cae.

Acomodo, acomodo
planeo,
con el cuerpo cansado
y los músculos
óseos.
el tiempo forma hilitos de azufre.
-geo madre y geo hija-

Abiertas las inscripciones. Seguí ese impulso.