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viernes, mayo 13, 2011

The Cult - Vieja Usina - 08/05/2011

CEREMONIA ATEMPORAL:

THE CULT representa todo lo que una banda soñaría poseer: una gran voz que emana actitud, poesía y misticismo, un guitarrista abundante en recursos musicales y creatividad y una base rítmica poderosa, dispuesta a arrasar con todo, y por sobre todas las cosas grandes, pero muy grandes canciones.

A pesar de no tener actualmente contrato discográfico (editan singles o cápsulas en vez de álbumes para abaratar costos), autofinanciarse las giras y no estar en el mejor momento creativo y de convocatoria de su carrera, en una hora y media de show, THE CULT generó un templo sónico, que cautivo a 1000 rockers, de los cuales un 95% con un promedio de edad de 30 años, creció junto a vinilos y cassettes de Dreamtime (1984), Love (1985) y Electric (1987), entre otros.

Una previa olvidable debido a que a pesar de la buena praxis musical de los locales Black Dog (tributo a Zeppelin) y Hammer (mítico grupo de crossover de los 90´s), el sonido asignado fue pésimo. Minutos después de las 22, la calavera blanca con fondo negro (extraída de la tapa del primer nuevo single del 2010, EMAWIAS) anunciaba que intro étnico musical mediante, daría comienzo el show. Un set bastante cargado de canciones poco frecuentes (esas que les encantan a los melómanos y fanáticos), matizado con algunos (pero pocos) grandes clásicos y material de sus dos más recientes singles (EMAWIAS y New Blood, Deep Cuts). 

Fue muy grato encontrarme con viejos veteranos rockers, entre ellos, mi profesor de locución y amigo, Mario Luna (Mario Moon como le digo yo con cariño), alma mater de los eventos trascendentales para la historia del rock nacional Chateau y La Falda Rock. Fue una auténtica ceremonia atemporal, donde el ayer imperceptiblemente se fusionaba con el hoy, de la mano de himnos colectivos, conjurados por el chaman Astbury. Por esto, los miembros fundacionales de THE CULT se merecen un capítulo aparte.

Ian Astbury: con un look de motorista fugitivo de la ley, muy cercano al de Jim Morrison en sus últimos años de vida (pelo largo, esta vez ondulado, barba, lentes y bandana roja, con jeans, remera y campera negra, ocultando un prominente abdomen). Mantuvo el set con su voz sonando impecable, descargando todo su caudal. Era notable que estaba en un buen día, y se la paso riendo, hablando en mal castellano, de los indios, su cabellera y su nueva incursión cinematográfica (A Prelude To Ruins, corto debut de su autoría, que se proyecto en una breve pausa del show). Recibió obsequios del público (remeras y un chaleco de cuero que le agrado mucho) y devolviendo en parte la gratitud autografiando a un fan en pleno show el booklet de un CD.


Billy Duffy: este gentleman de las 6 cuerdas inicio el set muy enojado con su stage manager debido a problemas de sonido. A partir del tercer tema, por suerte la situación se revirtió y comenzó a lucir su estilo guitarrístico mancuniano inconfundible (Billy le enseñó a tocar otro gran violero, como lo es Johnny Marr de The Smiths). Con una soltura envidiable hacía gemir a su legendaria guitarra blanca Gretsch, brillando en hits tan variados como Nirvana, Sweet Soul Sister y She Sells Sanctuary. Sumamente prolijo y contundente en su ejecución, hizo parecer al aporte del guitarrista rítmico Mike Dimkitch prácticamente innecesario.

John Tempesta (ex Testament, White & Rob Zombie) es brutal tras los parches dándole un groove sin igual al grupo, así como Chris Wyse (esa especie de hermano no reconocido del baterista de Foo Fighters, que previamente hizo colaboraciones con Jerry Cantrell y Ozzy) que con un perfil bajo presento y detono a la usina con las notas de Dirty Little Rockstar de Born into This (2008). Mike Dimkitch de ascendencia serbia, es el componente del grupo mas oculto. Si bien viene tocando con el grupo como guitarrista de apoyo en vivo desde 1993,  no es miembro estable, siendo sus raíces musicales los New York Dolls y Sex Pistols.

Una sensación muy extraña del show fue que nadie hacia pogo, estando la gente parada como público japonés (excepto para los clásicos hits de Electric, que causaron un tsunami carnal), mirando atónitos a Astbury y Duffy, como si fueran un holograma que se presentaba desde el más allá.

Aquí va el setlist comentado de este evento que quedara tatuado en la retina de los espectadores por mucho tiempo.

Everyman and Woman Is A Star (primer single perteneciente a Capsule I, cuyas siglas con EMAWIAS).

Rain (hitazo de Love).

Horse Nation (gema de Dreamtime (1984)).

Sweet Soul Sister (un tema que en los 90´s movilizaba estadios repletos de gente).

White (de Ceremonia (1990) inspirado en una película de Robert Redford).

Saints Are Down (excelente interpretación muy oscura del disco homónimo del 94).

Dirty Little Rockstar (primer corte de difusión de Born into This (2008) con el bajo de Wyse al palo).

Nirvana (una de las canciones mejor tocadas por Billy Duffy en todo el show, con esa melodía hipnótica!).

Phoenix (otro hit de Love, bah ese disco es todo un hit).

Embers (primer corte de New Blood, Deep Cuts (Capsule II)).

War (demoledor tema de apertura de Beyond Good and Evil, con un sonido aplastante).

Go West (otro hit retro de Dreamtime).

Wild Flower (en esta instancia la masa, abandono su status de observadores, convirtiéndose en parte de una avalancha humana, saltando y coreando al unísono).

Until The Light Takes Us (segundo corte de New Blood, Deep Cuts (Capsule II) manteniendo la línea del disco de 1994).

She Sells Sanctuary (la canción más deseada y cantada de la noche, sin palabras).

Love Removal Machine (pogo infernal y un Astbury llegando a las nubes).

Rise (el mejor riff de The Cult de toda su historia, detonando todo, absolutamente todo!!!).

Spiritwalker (la tercera y última de Dreamtime, un lujo).

Break On Through (inmortal cover de The Doors, en el cual Ian, recordó lo que fue haber hecho más 100 shows con The Doors, ocupando el inigualable lugar de Morrison. Una versión muy original y distendida).

1 comentario:

  1. Sigo a la banda desde mi adolescencia, y casi no voy por falta de plata! Hasta el dia de hoy recuerdo ese tremendo concierto, donde creo que estabamos casi todos parados, paralizados porque la banda nos arrasó literalmente y quedamos todos pasmados. Con mis 35 años puedo decir que tengo experiencia en asistir a recitales, y hacia mucho tiempo que no iba a un recital donde se generara esa atmosfera unica, hipnotica y mistica. Sin palabras para el impresionante carisma de Atsbury, no se puede contar con palabras hay que sentir su presencia. Billie Duffy perfil mas bajo pero la rompe con la guitarra, Tempesta excelente batero y los demas musicos tambien. Sin duda, para mi la visita del año:contundente! Grisel-Cordoba

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